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Desafío 1: Cálculo de áreas bajo una curva, usando un cubrimiento de rectángulos

Un comentario histórico: El proceso que vamos a estudiar viene de necesidades prácticas bien concretas. Desde la antigüedad, por la forma de producir (principalmente en sociedades bajo la organización tributaria de la producción), el control de la repartición de la tierra cultivable condicionaba toda la organización y subdivisión social del trabajo. Era fundamental saber calcular áreas, y no sólo áreas en un sentido sencillo, si es que estamos pensando en las figuras básicas que conocemos, por el contrario, poco a poco el ingenio se fue ocupando de problemas cada vez más complejos y desafiantes, planteándose cuestiones que desafiaban el conocimiento de la época. Justamente, al tratar de ir más allá en la complejidad del cálculo geométrico (aún el recurso simbólico tardaría en aparecer, y de forma gradual y la geometría aún era una disciplina práctica (Kline, 1972)), las condiciones extremas de ciertos problemas (comúnmente cuando había que aproximarse lo más posible a un valor exacto), hicieron necesario calcular tangentes, así, el cálculo de áreas y tangentes se puso a la cabeza del interés y necesidad de la técnica geométrica temprana. Sin embargo, el esfuerzo tendría sus limitaciones, justamente por una característica de la investigación geométrica antigua: aborrecía el infinito, fantasma que aparecía de vez en cuando. Este origen histórico hace que el cálculo integral sea incluso, anterior que el cálculo diferencial (Hairer & Wanner, 2008). El gran salto vendrá a darse cuando, a partir del siglo XVII de nuestra era, el problema cambia de forma, no por un cambio de intención, sino por la entrada en juego de intuiciones y conceptos más elaborados; con la entrada del concepto de función y todo el aparataje del álgebra y la geometría analítica, como podemos ver en la figura que mostramos aquí abajo, donde Newton, coincidiendo con las intuiciones de Leibniz, se plantea áreas limitadas por funciones. El problema de área de una figura, pasará a ser entonces el del área bajo una curva. En este contexto, el infinito empezará a entrar en el ámbito de certeza de la ciencia; preparándose el terreno para el desarrollo de la herramienta más poderosa de la matemática moderna: el cálculo diferencial e integral. Dibujo realizado por Newton. (Hairer & Wanner, 2008, p. 107) Es así como nuestro primer desafío se va a relacionar con la solución histórica de este problema, pero desde el planteamiento como lo retoma la matemática del siglo XVII: calcular el área bajo una función continua y acotada, mediante la superposición de rectángulos regulares que van haciéndose, cada vez y cada vez más pequeños...

- Kline, M. (1972). Mathemathical Thought from Ancient to Modern Times (Vol. I). Oxford: Oxford University Press. - Hairer, E., & Wanner, G. (2008). Analysis by its History. New York: Springer.
¿Cómo abordar este problema desde una perspectiva dinámica?

Observa un corto análisis del applet presentado:

La perspectiva de la matemática dinámica es muy poderosa. Podemos, tanto en el tema que nos convoca como en cualquier otro, visualizar y anticipar, no sólo la esperada conclusión de como las áreas de los rectángulos, a medida que tomamos subdivisiones más pequeñas se ajustan a la verdadera medida del área; sino también aspectos de este planteamiento (el applet se refiere a la solución dada por Riemann) que pueden extenderse a cualquier otra función; es decir, la perspectiva dinámica nos permite anticipar resultados de carácter universal. Veamos ahora más de cerca al recurso: El applet que les preparé, tiene las siguientes características: 1. Se muestra en la pantalla principal a una curva, en el primer cuadrante del plano cartesiano, y un área de color anaranjado, limitada en el eje de las abscisas, entre 0 y 11. 2. Sobre la curva hay cuatro cruces, las cuales actúan como puntos móviles para dar a la silueta de la curva, y del área, varias formas. 3. Además de las cruces, hay unos pequeños círculos de color verde, que servirán para señalar la subdivisión regular del eje de abscisas y donde serán construidos los rectángulos. 4. A la derecha de la imagen central, aparece la correspondiente medida de área de la región anaranjada:

5. Hay una casilla en la pantalla gráfica inferior, donde puede ingresarse el número de subdivisiones del intervalo cerrado entre 0 y 11. Si colocas un número pequeño, entonces el intervalo entre 0 y 11 del eje de abscisas quedará dividido en menos intervalos y cabrán menos rectángulos. La aproximación de las áreas será entonces, menos ajustada a la verdadera. 6. A la derecha hay dos casillas de control, una, para visualizar a los rectángulos del cubrimiento hecho a partir de los valores inferiores de los intervalos (y el total de la suma de sus áreas), otra para el cubrimiento realizado con rectángulos construidos sobre los valores mayores.

¡Ahora, a meterse un poco con el applet, ponlo a prueba, identifica sus límites y posibilidades!
El desafío que te planteamos: Debes hacer lo siguiente, vamos a considerar tres dimensiones del problema:

Con respecto al lugar didáctico del applet. ¿En qué situación te imaginas que el applet presentado podría estar? Es decir, ¿en qué entorno problemático para tus estudiantes situarías este applet?

Con respecto al diseño del applet. Seguramente la pregunta anterior puso en evidencia algunas información que el applet no muestra (o algunas que ocultarías), al respecto te pregunto: ¿Qué modificarías del applet?

Respecto al saber vinculado al applet. Te hago tres preguntas que surgen de la manipulación del applet: a. ¿Qué perfil de la curva (recuerda que puedes modificarla usando las cruces sobre la línea) daría un área posible de calcular con el mínimo de rectángulos? b. Explora y concluye sobre las diferencias de aproximación entre 1) una curva monótona creciente, 2) una monótona decreciente, 3) una curva que no es ni 1) ni 2). c. ¿Qué variantes de los perfiles hayas interesantes? ¿Por qué?