Alternativas de solución.
Ma. Rosa Gómez Antón y José Ramón Gil Bercero, autores de Los plásticos y el tratamiento de sus residuos, destacan que “el plástico es un producto no natural que se obtiene en la industria a través de reacciones químicas. Es por tanto un producto de síntesis de laboratorio o un producto sintético. Las propiedades finales del material son muy diferentes según sea la naturaleza del producto de partida y el procedimeinto seguido en su obtención”.Uso de bioplásticosEn todo el mundo se realizan distintos estudios sobre los plásticos para conocer, entre otras cosas, su ciclo de vida, su impacto ambiental y en la salud, sus formas de reciclaje o nuevas materias primas para obtenerlo. Una de las áreas que se ha desarrollado en las últimas décadas es la de la obtención de plásticos a partir de materias primas provenientes de recursos renovables.Un ejemplo de ello es la generación de biopolímeros o plásticos biológicos cuya base es la bacteria Azotobacter vinelandii que genera plástico de manera natural. Por ejemplo, de ella se produce el polihidroxibutirato (PHB), así como otro polímetro extracelular de importancia comercial que es el alginato. Desde hace 70 años se identificó esta bacteria que vive en el suelo y produce plástico de manera natural. Así, en el laboratorio del doctor Carlos Peña Malacara, del Instituto de Biotecnología de la UNAM, se trabaja con ella para generar bioplásticos. El investigador destacó que en la actualidad gracias al conocimiento genético que se tiene de la bacteria, su grupo de investigación ha podido modificarla con el propósito de forzarla para que genere grandes cantidades de bioplástico.Estas cepas genéticamente modificadas primero se cultivan en cajas de Petri. Además, se estudia cómo responden a los cambios del ambiente, por lo que a través de un trabajo de escalamiento pasan del trabajo en matraces a grandes fermentadores.La investigación del doctor Peña y sus colaboradores ha logrado el desarrollo de prototipos de bioplásticos a partir de Azotobacter vinelandii. Estos bioplásticos podrían tener aplicaciones en la producción de botellas y envases térmicos, así como de distintos materiales médicos como hilos de sutura, stent para reconstrucción de conductos biliares, andamios para ayudar a la cicatrización, válvulas cardiacas y prótesis. Además, también serían útiles en el área de la ingeniería de tejidos. Pronta degradación“Los plásticos no son malos por sí; tienen grandes ventajas para el sector de alimentos porque les confieren protección, nos permiten tener alimentos seguros y eso es una necesidad básica, lo que tenemos que hacer es darles un tratamiento que permita que no se conviertan en ese problema ambiental”, destacó la doctora Amelia Farrés González Saravia de la Facultad de Química de la UNAM.Una de las primeras soluciones para los desechos de plástico fueron los rellenos sanitarios, los cuales, aunque han sido una herramienta útil para el acopio de los materiales tienen desventajas, pues el plástico que se queda en ellos puede tardar hasta 500 años en degradarse. Además, se acumulan sustancias tóxicas que están presentes tanto en los plásticos como en otros componentes de estos mismos rellenos, lo cual genera una mayor toxicidad.Aunado a esta situación el Tereftalato de polietileno o PET es un gran problema por todos los desechos que se generan. Cabe destacar que México se encuentra entre los países que más desechos de PET produce, debido al alto consumo de refrescos y de agua embotellada. Una de las alternativas que se ha propuesto para el reciclado de este tipo de plástico es el tratamiento térmico o su transformación en otro tipo de productos que puedan ser rendidores en términos económicos. En este sentido, pueden transformarse en camisetas o uno de los casos más conocidos es el de transformarlos en ladrillos, como material de construcción, el cual es conocido como Petbrit. En la Facultad de Química de la UNAM, las doctoras Amelia Farrés González y Carolina Peña propusieron un método a través de enzimas recombinantes para degradar plástico en 15 días, trabajo por el cual obtuvieron en 2017 el tercer lugar de los Premios del Programa al Patentamiento y la Innovación (PROFOPI) de la Coordinación de Innovación y Desarrollo.Para lograr este proceso las investigadoras aislaron los genes del hongo Aspergillus nidulans (que ataca a las plantas) y los transfirieron a la levadura Pichia pastoris.“Se demostró que estas enzimas recombinantes introducidas a Pichia pastoris eran capaces de llevar a cabo las mismas reacciones que llevan en el hongo original, es decir, la degradación de poliésteres”, explicó la doctora González.En el caso concreto de la degradación de PET la patente cubre la posibilidad de la degradación de PET y de otros polímeros. Las implicaciones de este trabajo serían reducir el tiempo de degradación de los 500 años que se tarda en las condiciones normales que habría en un relleno sanitario a que sea en unos cuantos días. El tiempo puede variar de acuerdo con las condiciones de reacción en las que ésta se lleva a cabo, es decir, depende de la temperatura, el tamaño de partícula, etcétera.“Nosotros lo que podemos ofrecer con esta tecnología enzimática es que tras la molienda lo ponemos en contacto con la enzima y obtenemos un líquido en unos cuantos días. En él están presentes los monómeros que inicialmente conformaron este poliéster y se puede reciclar y conducir a la formación nuevamente de PET o a la degradación eventual, por ejemplo, del ácido tereftálico, cuya inocuidad ha sido puesta en duda por diferentes sectores…, y realmente hacer un proceso de reciclado”, destacó.
Clasificación de los polímeros biodegradables
Molécula de plástico biodegradable.
Molécula antiplástico.
Los polímeros.
BIOPOLÍMEROS: AVANCES Y PERSPECTIVAS
Cuestionario
¡Actualmente el reciclado de polímeros es la única alternativa para evitar los daños que estos producen?
Son alternativas para el manejo de los polímeros posteriormente a su tiempo de vida útil.