Relatividad

Maurits Cornelius Escher. 1953. Litografía En esta obra Escher nos presenta varios mundos que coexisten simultáneamente: terrazas exteriores que dan paso al interior de un edificio nos llevan a situaciones contradictorias. Personas que bajan y suben escaleras y no se sabe hacia dónde van. Encontramos en un mismo tramo de escalera a dos personas colocadas en el mismo sentido de la marcha, mientras una sube la otra baja. Es la forma en la que Escher confunde nuestros sentidos y la interpretación que hace nuestro cerebro. El objetivo de la animación en unos momentos será ayudar a interpretar la situación resaltando los engaños de Escher y en otros intentar confundir aún más al espectador El botón Play inicia la animación de unas bolas rojas siguen recorridos aparentemente verosímiles, se deslizan por el piso o suben y bajan escaleras. En algunos momentos se bifurcan para poner de manifiesto la imposibilidad de esos recorridos.
La segunda parte se dedica a buscar los arcos y las puertas para dejar actuar la gravedad en ellas. Podemos encontrar hasta tres direcciones distintas en la caida de los objetos. Se representan primero con bolas de color verde que simulan caer (sin aceleración) desde el centro de los arcos o desde la parte superior de las puertas. Las direcciones por las que caen las bolas se alternan para aumentar la confusión. En la siguiente fase se agrupan todas las de la misma dirección para que se muevan a la vez en colores naranja, azul y rosa. Por último se les hace caer a todas a la vez en color morado volviendo a aumentar la confusión. El objetivo de la animación en unos momentos será ayudar a interpretar la situación poniendo de manifiesto los engaños de Escher de uno en uno y en otros se intenta confundir aún más al espectador al poner en relación unos engaños con otros. Esta obra de Escher inspiró algunas de las secuencia de películas como Laberinto (1986) de Jim Henson, Origen (2010) de Cristopher Nolan y Noche en el Museo. El secreto del faraón (2014) de Shawn Levy.